domingo, 5 de septiembre de 2010

Mi vida: un recorrido y un aprendizaje

Empezare este ensayo con la satisfacción de compartir contigo, que no cabe duda que los autores, las personas y las experiencias llegan en el momento preciso en el que tu corazón y el yo se abren a esta posibilidad. Jon Kabat-Zinn llego a mi vida por ti y por mi maestro de psicología en la misma semana con conceptos que enriquecen y de-construyen vivencias y creencias que tengo desde que empecé mi recorrido espiritual.

Hace pocos meses escribí lo siguiente:

POTENCIALMENTE, ALBERGAMOS LA CAPACIDAD DE LLEVAR ADELANTE NUESTROS SUEÑOS.

SOMOS CAPACES DE LOGRAR COSAS IMPENSABLES SI NOS OCUPAMOS DE ELLAS VERDADERA Y COMPROMETIDAMENTE.

EN EL LÍMITE ENTRE LO SOÑADO Y LO REAL NAVEGA LA CREATIVIDAD QUE PERMITE HACERLO POSIBLE.

Hoy aterrizo más este pensamiento, en el contexto de la lectura. El reto creativo para lograr lo impensable, consiste en la capacidad de experimentar “la precisión y disponibilidad e inteligencia del presente.” Es decir, en iniciar desde lo más elemental del ser, el permitirme ser humano, aceptarme en mi totalidad con mis defectos, mi ira, mi perfeccionismo y mis cualidades, mi compasión, mi alegría, mi espiritualidad; ya que sólo así puedo perdonarme. Perdonar es sánscrito significa unir—cuando nos perdonamos unimos los nudos y destapamos el sistema emocional que permite que nuestras emociones fluyan libremente para experimentar dolor y placer, la tristeza y las emociones que somos ya que eso nos permite ser y vivir en la experiencia del ahora. En las palabras de Abraham Maslow: "Al protegerse a sí mismo de su propio infierno interno, él también se aparta de su paraíso interno.” Para parafrasear a Kabat-ZInn si intentamos escapar de nuestros errores, también escaparemos de nuestras virtudes. El trabajo de interno consiste en que nos veamos como seres humanos y apreciar lo que emerge en el presente, en la conciencia del ahora.

Todo es transitorio, pero también creo que para apreciar el ahora debes vivir el proceso. Yo fui una de esas personas que describe Kabat-Zinn viaje por el mundo, pase por muchos maestros espirituales, pase tiempo en la india inmersa en una vida de contemplación y de silencio a veces queriendo huir de mi misma, y puedo decir que ahora después de varios años de trabajo interno me siento más relajada, más sabia que en aquellos años en la India, pero no lo sería si no hubiera pasado por esa etapa. En este momento de mi vida logro conectar y desatorar muchas emociones, aprendizajes, sufrimientos que me permiten perdonarme, entenderme y aplaudirme. Fui valiente, también trate de escapar de mi misma, pero en mi situación actual logro ser más humilde y menos egocéntrica conmigo misma.

Este proceso también lo vi muy claramente en el ejercicio de las cargas. Fue muy significativo el cansancio de mi cuerpo y el peso de los jabones pues pude hacer una conexión/reflejo entre mi cuerpo y mi mente. Desde hace varios meses entre mi terapia, mi curso de psicología positiva y mi propia realidad y ahora este seminario he logrado dejar atrás creencias que me detenían a simplemente ser, incluso llegue a comentar con mi marido que me extrañaba a mi misma; que cargaba con máscaras para ser aceptada, etc. Este ejercicio me dio la posibilidad de físicamente dejar, soltar, liberarme como un resultado de los procesos anteriores para sentirme más relajada y más yo, logrando así una mejor relación con mi entorno y mis seres queridos.

Siento que estoy en uno de los mejores momentos de mi vida ya que empiezo a “dejar de tomarme tan tremendamente en serio y a liberarme de la presión de que los detalles de mi vida personal dejan el centro del universo.” Empiezo a aceptarme como un ser humano soltando así la imagen de un ser perfecto dándole así espacio al universo de que sucedan las cosas y me sorprenda con los resultados de las vivencias y los hilos conductores que me llevan a la realización de mis metas internas. En esta liberación de cargas (ejercicio) observe que soy capaz de cultivar mis sueños hasta que esos sueños se apoderen de mi propia realidad, es decir, no tanto pensando en ellos sino decidiendo vivirlos.